Chevrolet Blazer Premier: «El renacimiento de un histórico del corbatín». Mucho más lujoso, en búsqueda de más

Para los fanáticos de Chevrolet, el lanzamiento de la Blazer entregó nostalgia a los que conocieron el modelo original, que no tiene nada que ver con lo que se ofrece ahora.

El slogan perfecto a nivel global fue «el Camaro de los SUV», por sus líneas similares a las del muscle que también mantiene su historia, pero aparte.

Recordando un poquito cómo estaba fabricada, la Blazer pertenecía a los vehículos bajo el chasis de pick-up con configuración especial de carrocería, con historia desde 1969 (original) que dio paso a la Tahoe, pero en nuestro país quedó en la memoria la S10.

Dejó de ser un SUV para pasar a ser un crossover fabricado en México con una plataforma monocasco y con casi nulas aptitudes off-road. Y díganme ustedes: ¿Irían a la montaña con la Blazer? – No señores, está para lucirse en la ciudad, en la carretera… (me tildarán de machista) pero servirá para conquistar a más de alguna bella dama.

La marca buscaba entrar en un segmento de SUV-Crossover de alto costo, para darse ese lujito. No está hecha para llevar a los niños atrás, tampoco para subir a 5 personas más grandes del tamaño promedio, porque su forma la hace mucho más deportiva.

La Blazer tomó (según la prensa internacional) muchos elementos distintivos de la actual generación del Camaro y eso dio paso a la marca para crear esta belleza. El éxito es rotundo, considerando la competencia, la Ford Edge que se incluyó hace ya varios años en el mercado y la tan distinta Nissan Murano, que en los 2000, la veíamos trayendo en su interior a más de algún futbolista. Y sí, en las noticias me fijaba en los autos de los famosos (deportistas).

Comenzaré hablando de las prestaciones que tiene la Blazer Premiere.

Foto: Raúl Farías

El tren motriz de este modelo está compuesto por un V6 de 3.6 litros que eroga 306 caballos de fuerza y 365 Nm de torque, asociado a una caja automática de 9 velocidades.

Lo que menos tiene de su primo el Camaro es el comportamiento en la ciudad y en carretera, no por un tema de motor, porque potencia hay de sobra para mover los más de 1,8 toneladas que pesa este modelo. Es capaz de llegar de 0-100 en alrededor de 7 segundos, algo nada mal considerando el tamaño del vehículo.

Foto: Raúl Farías

Lo que más me gustó fue la respuesta del motor, es inmediata, precisa y contundente. Se siente el poder del motor. El otro punto a favor que le encuentro a este modelo es el sonido del escape que es de otro mundo (digamosle así para el mundo de los automóviles más deportivos)

El punto en contra, es que al venderse como un vehículo más deportivo, éste no incorpora «paddle shift» en el volante, un error fundamental considerando las prestaciones del vehículo.

La dirección tiene buena respuesta, pero podría mejorar su precisión.

En cuanto a la suspensión, tiene algunos detalles, porque es muy dubitativa. Es firme cuando se contrae, pero blanda cuando se extiende. A que me refiero: es muy suave cuando se anda en carretera, pero cuando nos enfrentamos al pavimento en mal estado, puede transmitir mucha vibración. La Blazer prioriza el confort de marcha antes que la conducción dinámica.

Foto: Raúl Farías

La inspiración de la Blazer en el actual diseño de Camaro es más que nada estética ya que ambos logran con sus líneas, verse mucho más grande de lo que son: (4,86 metros de largo, 1,94m de ancho, 1,70m de alto y 2,86m entre los ejes).

El frontal es lo suficientemente ancho para hacerlo robusto, cuenta con un capó abultado, que sumado a la gran parrilla, entrega presencia a quien lo lleva. Sumado a los focos LED que tiene en la parte superior que la hacen mucho más deportiva, pero no «regordeta» como su hermana la Captiva: que tiene focos similares, pero que la hacen parecer que tiene más metal en algunos sectores.

Foto: Juan Moreno

Lo agresivo del diseño se pierde un poco en la parte posterior, lo deportivo en tanto, se nota en la luneta estrecha y la extensión de techo con el spoiler entregándole una apariencia más aerodinámica.

Foto: Raúl Farías

Algo que también me gustó de esta versión (también de la RS) es el tamaño de los rines que equipa (21″), los rieles en el techo y las molduras plásticas en las partes baja devolviéndole el espíritu SUV.

Lo Camaro lo encontramos en el interior

Muchos de los componentes del interior se asemejan al diseño del Camaro, por ejemplo, los mandos del climatizador, del mismo tamaño que las del muscle, como también la pantalla táctil de 8 pulgadas.

Foto: Raúl Farías

Aquí nos encontramos con un panel de instrumentos bastante ancho, asientos de cuero con costuras a la vista, cluster de instrumentos configurables, espejo retrovisor con cámara completa (que nos permite ver lo que ocurre atrás si los asientos traseros están ocupados) (considerando además que el espacio desde el interior de la luneta es bastante pequeño e incómodo cuando van dos personas sentadas en las plazas traseras) y materiales que «parecen premium» pero que no lo son y es algo que se le critica constantemente a Chevrolet, más aún en un vehículo que alcanza los 30 millones de pesos.

Cuenta con muchos espacios para dejar cosas, algo que la hace más práctica que deportiva, portavasos en distintos lugares, espacios para dejar llaves, teléfonos, monedas y lo que necesitemos, por lo que se gana un punto en esta materia.

Hablando de las plazas traseras: hay buen espacio para facilitar el acceso al interior, piso plano que permite que el tercer ocupante vaya cómodo en el centro. En cuanto al confort de la zona posterior, nos encontramos con asientos calefaccionados, salidas de aire acondicionado y varios puertos USB para carga de móviles. En cuanto a la maleta, esta permite cargar más de 800 lts (hasta arriba) con los asientos abatidos, pero que en modo normal, el espacio se ve mucho más reducido.

Equipamiento para envidiar

Asientos delanteros con ajuste eléctrico y soporte lumbar, que además con calefaccionados y ventilados, volante de cuero con calefacción y ajuste eléctrico, climatizador bizona, espejo retrovisor electrocromático con proyector de una segunda cámara de visión trasera, smart key con botón de encendido, sistema de infoentretenimiento MyLink con pantalla táctil de 8″, conectividad a Apple CarPlay y Android Auto, el ya mencionado cluster digital de 8”, cargador inalámbrico para teléfonos, sistema de sonido Bose con 8 parlantes, navegador GPS, entre otros.

Hablando de equipamiento de seguridad, nos encontramos con 7 airbags, frenos ABS con EBD, control de tracción y estabilidad, control crucero adaptativo, cámara 360°, sensor de punto ciego, detector de peatones con frenado automático.

Pero hay un punto a considerar: el Frenado de emergencia funciona con bastante agresividad cuando el objeto (vehículo, persona, o cosa) no se ha quitado del todo, tiende a frenar más de lo que corresponde, generando preocupación en el conductor. Me pasó cuando intenté adelantar en autopista y el vehículo que me antecedía no se movió completamente.

Buena conclusión, buena prueba.

La nueva Blazer tiene mucho potencial para el mercado, un diseño extraordinario, comodidad y practicidad absoluta que, si pudiera hacerlo, me harían elegir esta SUV ante cualquier otra de su competencia.

Lo que me choca, y es lo mismo que me pasó con Captiva, es que tomamos nombres reconocidos históricamente pero que ya no son esencialmente lo mismo. La Blazer no es un SUV todoterreno, que puede entrar a cualquier lado sin problemas (aunque su motor y potencia lo permitan)

Pero la nueva Blazer encanta por si sola, dependiendo del uso que uno quiera darle por los más de 30 millones de pesos que uno pagaría por este modelo.

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