Uno de los modelos más icónicos de la historia de Land Rover se presentó en el Salón de Frankfurt luego de comentario obligado de la prensa automotriz por ser uno de los modelos con más avance en cuanto a equipamientos que un todoterreno debe tener y no por nada que lleva más de 60 años en el mercado. Pero esta vez, deberá cumplir con las expectativas de todos los clientes y seguir siendo uno de los modelos con mayores capacidades para cuando se acaba el camino.
Está fabricado bajo la nueva plataforma DX7 que le da vida a dos versiones: una de 3 puertas y otra de 5 con distribución 5 + 2 pasajeros. Esta nueva construcción permite incluir toda la tecnología existente para todoterrenos, algo que estaba muy al debe en la versión anterior. Las motorizaciones serán variadas, incluyendo hasta versiones semi híbridas o híbridas enchufables.
Hablemos de su motorización, según lo explicado por la marca, estará disponible con un motor 2.0 Turbo (gasolina) y un 3.0 en línea Turbo Semi-Hybrid, que varían en potencias de 296 y 395 hp, con una caja automática de 8 marchas ZF y una caja de transferencia de 2 velocidades.
Una de las novedades la incorpora la versión semi híbrida que tiene un súpercargador eléctrico de 48V para aumentar la potencia del motor a bajas revoluciones. Esto estará disponible en Estados Unidos, pero para el resto de los mercados, habrá dos versiones diésel 2.0L con potencia de 197 o 237 Hp, pero no está prevista una versión híbrida aún.
En cuanto a su plataforma, está construida bajo una monocasco de aluminio, que ha generado más ruido del habitual entre los especialistas. Según Land Rover, ésto no tendría ningún problema porque esta es una construcción mucho más rígida (3X) que la versión anterior con el diseño del chasis de largueros.
Esto se complementa con la suspensión independiente a las 4 ruedas, doble tracción permanente, sus buenos ángulos de ataque, salida y ventral (38°, 40°, y 28°), el despeje de piso de 291 mm, y la profundidad máxima de paso por agua, de 0.9 metros.
El Configurable Terrain Response es una de las novedades de esta nueva generación. Este le permite al conductor afinar el tipo de respuesta según el terreno al que se enfrente en donde se ajusta la respuesta del acelerador, transmisión, dirección y el control de tracción. Aparte incorpora las opciones de Limitador de Deslizamiento Central, o Limitador de deslizamiento Central y Trasero, que se activan desde la pantalla táctil interior, así como los sistemas de Wade Sensing, Land Rover All-Terrain Progress Control, y ClearSight Ground View.
Las ayudas a la conducción también se renuevan, el nuevo Defender incorpora además control crucero adaptativo, monitor de precolisión y tráfico trasero, frenado de emergencia, alerta de cambio de pista, control de punto ciego, reconocimiento de símbolos de tráfico, y monitor de condición del conductor.
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